Es Junio otra vez, y otra vez la misma historia.
Otra despedida. Se van de nuevo los alumnos de cuarto, con sus flamantes títulos, con sus viejas carpetas e ilusiones. Con sus matrículas a bachillerato, a ciclos.
Se van todos, y todo permanece, y todo sigue igual. Ya no escuchamos su alborotada risa en los pasillos, ni los vemos deambular de un lado al otro al aula que tenían asignada.